28 julio 2005

El concepto “amor”

Definir el amor es algo tan imposible como innecesario. El amor, al igual que la literatura, no se define… y encuentro una muy buena razón para esto. Nadie quiere leer acerca del amor, nadie quiere leer acerca de la literatura (salvo los desquiciados de mi carrera). Lo que se busca es sentir amor, sentir literatura.
Cualquier definición del amor quedará opacada ante el sentimiento del amor. Lo mismo lo aplico a la Literatura. Pero mejor dejos los paralelismos de lado, no vaya a ser cosa de que alguien piense que equiparo ambas cuestiones.
Me centro en el amor.
Si hay algo que me encanta del concepto amor es la vaguedad del mismo. En un mundo empirista y de cabezas cerradas como lo es el mundo en que vivimos, es increíble como se acepta tal vaguedad en un concepto tan central. Me explico.
La certeza de que el término perro denota a un animal de características claramente definidas da cierta tranquilidad sobre los temas circundantes a esta criatura. Un perro es un perro. No hay complicaciones al respecto.
Incluso se puede nombrar la muerte, lo más desconocido y familiar que se codea con la humanidad desde que el mundo es mundo. Y ni hablar de la paradoja que representa el término “innombrable”.
Pero detrás del concepto amor… hay algo que causa cierto desconocimiento.
Y la gente anda de lo más tranqui, sin poder definir ni saber exactamente cual es uno de los objetivos más buscados en su vida.
Estamos hablando de la búsqueda de algo que no se sabe cómo es, ni donde está, ni cómo se nos presenta, ni cuánto dura. Muchos incluso dudan de su existencia.

Yo no soy quien para intentar describir rasgos universales del amor. Les puedo contar, a modo de confidencia, qué es lo que yo interpreto como amor.
Se que algunos captan el amor por los ojos, otros lo perciben por la personalidad. Yo pensé pertenecer a ambos grupos, pero he descubierto un lado sensible de mi persona que ignoré por mucho tiempo.
Me he mmmmm digamos, interesado por algunas mujeres muy bellas. Pero la interacción verbal resultó nula. No hubo química. Me he interesado (uso este término intentando eludir el verbo enamorar) en chicas con gran personalidad, pero realmente no se en que momento mi cerebro se olvidó de dicho interés y rotulé la relación como “amistad”.
Pero en muy pocas ocasiones he tenido otra brújula que no fue ni la vista ni el discurso. Me sorprendí al notar que tengo un “censor de amor” o algo por el estilo en el tacto.
Una pequeña descarga eléctrica, un estremecimiento, un chucho… llámenlo de cualquier modo. La cosa es que en algunas ocasiones sucede y en otras no. Califico al tipo de relaciones que transmiten estas descargas, como amorosas.
Este pequeño parámetro tranquiliza mi pequeña y cerrada mente. Le pone barreras a lo incontenible. Cerca lo infinito.

Eso sí… una vez descubierto el amor, llega la parte de los tartamudeos, las miradas esquivas, las confesiones bien planeadas y pésimamente ejecutadas, los silencios incómodos, las respuestas más incómodas aun, y el hiato hasta la próxima descarga epidérmica.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Iba a irme a la mierda pero de pronto leí el post y dije "bueno". Interesante tu opinión. Está claro que una infinidad de perejiles han pretendido (con escaso éxito en la mayoría de los casos) definir taxativamente el concepto de amor. Por eso es bastante loable que le hayas dejado un margen de misterio al asunto.
Personalmente, creo que la idea de "perro" es tan simple de asimilar porque la hemos humanizado en profundidad desde los tiempos en que afilábamos piedras y andabamos en pelotas. En cierta forma, la noción de "perro" nos ha llegado por ósmosis, junto con esa humilde montañita de experiencia humana que mamamos desde chicos.
El amor es algo mucho más subjetivo. Cada hombre es Adán y cada mujer es Eva cuando se trata de ésto, siempre volvemos a empezar. Por eso me parece bastante absurdo intentar definir al "amor" como si uno pudiera graficarlo en el plano. Es más bien algo que se siente y no se explica. Creo que hay que dejarle algo de magia al mundo... Si pudiéramos definirlo todo, encuadrar la vida misma dentro de tal o cual concepto, nos transformaríamos en bichos bolitas de tanto embole. Una opinión, nada más.
Un abrazo che.

Huan dijo...

Dos cosas:

1) Es un enorme gusto tener su firma presente, subcomandante. Me alegra que haya podido encontrar este rincón dedicado a la vacuedad. Me encantó eso de que cada hombre es Adán y cada mujer es Eva. Muy poético de su parte... una faceta suya que no conocía.

2) Hago una aclaración en base a un comentario que alguien me hizo por otro medio. Este post no tiene como objetivo pintarme como un ser romántico o sensible. Si por casualidad así parece, se debe a mis escasas cualidades retóricas.
Si nos remontamos a algunos post pasados entenderemos que el fin de este post es el post mismo.
Yo no escribo para levantar minas.
No escribo para obtener reconocimiento.
No escribo para ganar atención.
He aclarado que escribo para escribir. Por lo menos en este ámbito.

the_blunderbuss dijo...

Nuevamente me encuentro ante el picante oprobio de la indecisión ante un decente despliegue de recursos ante la intentona de opinar sobre el tema, o (ocupando una cantidad hormigueantemente menor de espacio) hacer sólo una pareja de comentarios al respecto, sentirme más o menos satisfecho y levantarme del sillón. En este caso, prefiero dejar a las divas la sorpresa y concentrárme en la métrica y el tempo de estos párrafos.

Primero que nada (lo que es una expresión a mi parecer ciclópeamente errónea, ya que prácticamente cualquier tema al que yo quisiera aplicarla necesitaría que haya bastante menos que nada -o mejor, una cantidad considerabilísima, casí empirestatesta de cierta "no-nada"-) he de decir que estoy de acuerdo a medias con la presunta ambiguedad del concepto de "amor". O mejor dicho, yo concibo una bien precisada ambiguedad en ese concepto.

Antes que nada, notar que el uso de la palabra amor para epitatarse a uno mismo, indica ante todo la intención de agruparse e integrarse en todo un grupo (me tienta tanto la idea de usar palabras como casta o clan...) de personas que aman, han amado o amarán, y mediante ese intento establecer puntos comunes (y agrego bien definidos) no sólo con esa comunidad que puede o no ser coetánea, sino con cierto acervo de conocimiento que permita la comunicación. Aclaro (para que sea más fácil confirmar o criticarme) que pienso que cualquier definición es un intento comunicativo.

Si se acepta eso podríamos afirmar que, por lo menos, acordamos en una serie definida, precisada y procesada de ámbitos de ambiguedad en el cual desplegar nuestras pequeñas relaciones eróticas. Más aún señores, y para agradar al matusalén conductista en la trubuna, el enamoramiento es registrable a los ojos de los cautos (bah, de los incautos también). O mejor, es posible establecer la concordancia con un tipo (o tipificación) de "enamorado/a" de las personas con las que nos relacionamos, y esto tanto media nuestros posibles cursos de acción (diría propósitos a mano, para quienes hayan leído algo del tema) tanto como el resolvimiento de la tensión que se desplegará en nuestra relación (y aquí no pienso en dos enamorados, sino en encontrarse con alguien que está enamorado) por la tensión entre conseguir nuestros objetivos disparando (intentando disparar) sanciones positivas en el otro, y la necesidad de mantener la previsibilidad de un rol para aumentar esa gratificación.

Pero, eso puede haber sonado muy confuso. Lo que intento decir es que, la conducta de aquellos enamorados está tipificada dentro de ciertas líneas de actividad. Lo cual no quita la validez de lo que dijera en un primer momento. Entiendo que el amor (como otros tantos conceptos) actualmente se apoya en pilares de ambiguedad; pero en una cierta ambiguedad específica. Si no lo hiciera el concepto perdería su reason d'tre como concepto (si aceptamos mi punto de vista de que toda definición -y todo concepto es el "ahora" de un concepto sujeto a revisión, cambio y probablemente a unas cuantas batallas- es un intento comunicativo), es decir, su capacidad de exteriorizarse y obtener de otros unas respuestas más o menos esperadas.

Dicho esto, y para aclarar las dudas, no intento ni intenté oponerme al amor, al romanticismo o cualquiera de aquellas cosas. Personalmente no sabría decir si soy un romántico o no (para rematar el post con un clichè), aunque varios testimonios bogan por la respuesta afirmativa.

Huan dijo...

No se si nos entendimos.
Bah, me dio la impresión de que redefiniste las cosas que yo dije y soltaste las tuyas.
Eso es como violar un texto, lo cual no me molesta particularmente.

Pero te remarco unas cositas que no cuadran con mis bases:

El concepto del amor (no el amor) no es ambiguo. Algo ambiguo oscila entre determinadas variantes. En el post yo no hablé de distintos sentidos que la gente le encuentra, sino la falta de un sentido concreto.
El hecho de que un concepto sea ambiguo entre los sujetos es lo más común del mundo. De hecho me parece que todo concepto es único en cada hablante, pero extenderme sobre ello me quitaría material para otro post y además los embolaría.

Otra cosa: "cualquier definición es un intento comunicativo". No estoy muy convencido de eso. De hecho, creo que ya había hablado al respecto... había dicho algo así como que no había nada que comunicar... que cuando estemos en nuestro lecho de muerte, toda la información que hemos acumulado a lo largo de los años no nos sirve para nada.
El acto comunicativo es algo bastante complejo, que se puede tratar desde más perspectivas de las que se me ocurren y conozco.

Un pequeño ejemplo:
Un marciano llega a la tierra, y sin conocimiento del lenguaje humano ve que un hombre le pregunta la hora al otro y éste le responde. El marciano se acerca a un tercer hombre, y repite los sonidos que oyó anteriormente. El tercer hombre, lejos de asustarse por el marciano responde la hora que marca su reloj.

He aquí un acto comunicativo, sin definiciones, sin información, sin una gadorcha.

the_blunderbuss dijo...

Primero que nada, revisemos porque de hecho, no ha quedado claro. Para hacerlo escueto y contundente. El amor es el concepto del amor. Y con respecto a lo que yo escribí, alego que el "amor" tiene un sentido y muy concreto. Es más, cuando hablo de ambiguedad lo hago para delinear una característica precisada y definida del concepto, y aún así esta ambiguedad no es mayoritaria ni total a la hora de las características que lo definen.

Segundo, y solapado con lo primero. Que un concepto sea ambiguo entre los sujetos, esa afirmación la tomaría muy entre pinzas. Primero que nada porque estoy, en gran parte de acuerdo con ella. Pero en tanto conceptos, y use deliberadamente el término para referirme a partes constituyentes de un acervo de conocimientos (al que podría llamar sentido común, pero trato de no hacerlo para no crear concepciones un tanto parciales) común a quienes puedan reconocer el concepto como tal, deben tener las definiciones de la situación individuales (o la definiciones de los "conceptos" -lamentable mi falta de sinónimos- particulares), o debe suponerse de las mismas (lo cual puede o no tener igual validez para la actividad), que ellas tienen una cierta correspondencia o coherencia mutua que no impide el desarrollo de propósitos prácticos.

Recapitulando, las concepciones del amor deben (para obtener sanciones exitosas de un alter), para todos los propósitos prácticos, ser compatibles con el concepto del amor. Repito que puede o no compartirse mi noción de lo que aquí tomo por concepto, el hecho es que no doy explicaciones de principio por que no me parece el quid de la cuestion.

Continuando. Yo dije, toda definición es un intento comunicativo. En primer lugar, vale aclarar que en la relación ego-alter, no indico que el alter deba ser una persona distinta al ego. En segundo lugar, me cuesta ver la conexión entre lo que yo dije y afirmaciones como las tuyas de "no hay nada que comunicar", que en sí no encuentro muy acertadas. Primero que nada me resulta resbaloso ese "no hay nada qué", quizá porque no se bien de lo que hablás (o sea, qué tendría que haber entonces? que es lo que falta?) o probablemente porque "no hay nada que comunicar" es un intento (el que sea exitoso o no, por supuesto, no viene a este caso) comunicativo. A lo que yo me refería cuando dije eso de las definiciones, es que estas no sólo dependen de la posibilidad de un alter, sino que son belicosas por "definición" (de nuevo disculpadme). Es decir, definir lo que es, es un intento combativo y persuasivo ante posibles alters (incluido uno mismo) de negar lo no contenido por la definición y a través de este movimiento otorgar/construir un sentido (negando los demás, en un mayor o menor grado, por supuesto).

Finalmente, en cuanto al ejemplo, tengo que decir dos cositas. La primera tiene que ver con lo que yo dije, la segunda con lo que dijiste vos. Yo nunca afirmé las definiciones agotaban todo el espectro de intentos (o actos, pero prefiero el otro término) comunicativos. En segundo lugar, difiero, pienso que en tu ejemplo hay una gran cantidad de información y de definiciones que se ponen en juego. Un rápido repaso...

Primero que nada definiciones: de si mismo y del otro, tanto de la forma como del movimiento, y por lo tanto del tiempo, del sonido y las intenciones, de la existencia de las tipificaciones (sería imposible entender que el Alien pretendiera utilizar los sonidos como herramientas de comunicación si no tuviera una noción de la posibilidad de intercambiabilidad de los sujetos dentro de un acto comunicativo que mantiene su forma ... aunque esta noción no pueda ser llevada al nivel de una conciencia discursiva y quede a nivel de conciencia práctica), etc etc. En cuanto a la información, hay una enorme cantidad de información. Principalmente (y sin buscar los millardos detalles que podrían observarse) información sobre la reacción de este alter ante la repetición de una serie de sonidos, su reacción ante el ego y las sanciones ante su intento comunicativo (que no es, en este caso preguntar la hora, eso más que claro). Para mí el error sería tener una posición rígida sobre la relación entre forma y contenido. No sólo es errado ligar en escencia la forma y un contenido específico (es decir, no por repetir precisamente los numerosos pasos para preguntar la hora, se está, de hecho, preguntando la hora y puede haber diferencias entre el alter y el ego); aunque tampoco debemos inexorablemente separar la forma de las consecuencias y los sentidos asociados a la misma.

Me parece que el inconveniente es considerar que un intento comunicativo debe ser "exitoso", entendiendo por esto la capacidad de ego y alter de entender lo mismo. Está claro (para mí) que en el encuentro entre el hombre y el Alien hay un intercambio de información; que ambos tengan una idea diferente sobre el intercambio es algo que tendrá o no relevancia en otros ámbitos, lo importante es que la información (cualquiera que sea) ha tenido consecuencias para ambos.

bueh, estuvo largo no? {sabiendo que estas cosas las podemos discutir tranquilos ;) }

Huan dijo...

Bueno, para llenar el vacío que dejaría en caso de no responder, aviso que hemos hablado al respecto del segundo comentario del señor Trabuco.

Saco del medio la parafarnalia y la perorata de un vocabulario técnico que solo él maneja, no porque sea más duro, sino por su medio-ambiente. De la misma manera en qe no entiendo su vocabulario, tampoco entiendo el de un mecánico.

Veo detrás de toda esa argumentación una diferencia de opiniones sobre un enuncaido mío que decía algo así como "no hay nada que decir".

Podría intentar explicarlo acá, pero me parece que el tema demanda más dedicación, así que lo dejo para el próximo post, en el que estaré esperando su correspondiente comentario y el del resto de los blogistas.

Ferdinand Mortnais dijo...

Disculpen pero no pude evitar una serie de carcajadas ante análisis tan parsonianos de un fenómenos tan poco estructural-funcionalistas.
Como bien ha dicho Kuhn toda comunicación entre paradigmas es imposible.

Ferdinand Mortnais dijo...

(me referia a los comments)

Huan dijo...

Estoy en mi casa con don blunderbuss y los dos hemos leído sus dos comentarios y los compredimos... todo esto después de sacarnos los ojos por el anterior debate... y de comer ravioles con tuco.

Prometemos de ahora en más atenernos a cualquier otra escuela que no sea la estructuralista.

Anónimo dijo...

amor es amor....algo asi ...ajjaja

Ferdinand Mortnais dijo...

aclaro que también noté los aportes fenomenológicos schutzianos del análisis estructural-funcionalista de Mr. Blunderbuss.

Anónimo dijo...

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