31 agosto 2005

Tu poema

Les (le) traigo un poema que significa mucho para mí. Es el primero que escribo fijándome en cosas tales como la métrica, así que les (le) pido compasión a la hora de la lectura y evaluación.
El esfuerzo extra que fue darle una complejización en la forma tradúzcanlo (tradúzcalo) como un intento de demostración de amor mayor a las anteriores…
Aquí les (le) entrego lo que cayó esta tarde sobre un papel cuadriculado.

Vos
llegás
sonriendo,

y te veo
blanca y pura
como una mañana.

Maquillada con sombras
que se disipan, me mirás
y ahora tu calor me abraza.

Y de repente todo es luz y sol.

Lo perfecto es ahora ilusión.
Y aunque no quiera aceptarlo,
de mis ojos te escondés.

Tu presencia flota
en la paleta
del ocaso.

Mas solo
estoy
yo.

PD: ahora solo me queda animarme a mostrárselo…

29 agosto 2005

La vida es una moneda

Algún acontecimiento cercano me ha empujado a copiarles esta canción de Juan Carlos Baglietto, llamada “La vida es una moneda”.
En esta hermosa canción, tan simple como se la ve, encontré toda una manera de ver el mundo.
Les iba a hacer una declaración de principios nihilistas, una teoría de balance vital que no deja ganancias ni pérdidas, pero prefiero que hagan su propia lectura.
Lo único que me pareció medio flojo, fue la última estrofa, pero es una cuestión de gustos.
Les dejo la canción abajo para que la guarden en sus compus.

La vida es una moneda

La vida es una moneda
quien la rebusca la tiene
ojo que hablo de monedas
y no de gruesos billetes.

Mi vida es una hoja en blanco
un piano desafinado
diez dedos largos y flacos
y un manojo de palabras.

Sólo se trata de vivir
esa es la historia
con la sonrisa en el ojal
con la idiotez y la cordura de
todos los días,
a lo mejor resulta bien.

La gente sueña que sueña
la calle sigue que sigue
el taxi gira que gira
el cielo y la ancha avenida.

Los días cantan la historia
del hombre al borde del hombre
los días cantan mañanas
los días no tienen miedo.

Sólo se trata de vivir
esa es la historia
con un amor, sin un amor,
con la inocencia y la ternura
que florece a veces.
A lo mejor resulta bien.

Si nos inunda el asfalto
de sensaciones profundas
gocemos bien nuestro ahogo
que es nuestra imagen fecunda.

Baglietto & Páez - La vida es una moneda

26 agosto 2005

Análisis oracional…

… o cómo complicar su vida con una nimiedad.
Voy a comenzar este post con un pensamiento que formulé en mis años de secundario, y lo compararé con las conclusiones a las que llegue al final de este escrito.
Ante la eterna pregunta estudiantil de “¿Para qué sirve estudiar esto?”, yo ingenié la siguiente respuesta: “El análisis sintáctico sirve para que quienes lo aprendan y sigan la carrera correspondiente se lo enseñen a aquellos que lo aprendan en un futuro y sigan la carrera correspondiente, que a su vez se lo enseñarán a aquellos que…”
Esta es una simpática cadena infinita, que resalta la inutilidad de la enseñanza del análisis sintáctico.
Hasta aquí, el secundario.

En mi carrera he tenido que lidiar en más de una materia con el análisis sintáctico del español, y he reconocido en él una herramienta útil para el análisis de las diversas lenguas. Claro que ligado a este procedimiento práctico deben ir ligadas ciertas bases teóricas. De nada sirve la práctica sin teoría, eso es difícilmente refutable (señal de GO! para que lo refuten).
Claro que en el secundario, toda base teórica se deja de lado. Se toma una tiza y se dice: de acá para allá es sujeto, de allá para acá es predicado, y fin de la explicación.
Ante la pregunta del fin de esta actividad, mis profesoras (y algunos compañeros) me han respondido: “sirve para poder manejar mejor el idioma”.

NO.

En el análisis sintáctico no se hacen cosas tales como aprender a utilizar estructuras. Es procedimiento es exactamente el contrario. No se adaptan la lengua al análisis sintáctico, sino que se adapta el análisis a la lengua.
Uno no aprende a decir “Pedro se compró un auto” porque vio en el colegio que existe algo que damos en denominar objeto directo, algo que llamamos verbo, y otra cosa conocida como sujeto, con su respectivo núcleo y determinante.
Las estructuras gramaticales que manejamos durante toda nuestra vida se dominan en el primer lustro de existencia. El léxico, las palabras, son las que son cooptadas constantemente.
A demás, con el análisis sintáctico, no se corrige o se guía una lengua. En todo caso, se la analiza, y nada más. Los juicios de valor que cada uno haga en base a un análisis corren por cuenta propia. Yo tranquilamente podría analizar una oración que causaría pavor en las filas de docentes de lengua del secundario y encontrarla completamente funcional a su entorno. Por ejemplo, en una oración como “Vamo’ lo’ pibe’ ” podríamos llegar a un análisis partiendo incluso desde las mismas herramientas que tenemos para el español rioplatense “culto”.
Así, “Vamo’ ” sería un verbo en primera persona del plural del imperativo, en vos activa, etc, etc, actuando como núcleo del predicado; “lo’ pibe’ ” sería el sujeto, nucleado en el sustantivo “pibe’ ”, que es determinado por el artículo “lo’ ”.
Así que el análisis sintáctico como “correcto formador de lenguas” es un disparate colosal.

¿Es inútil?
No, tampoco vayamos a ese extremo… A varias teorías lingüísticas (si no es que a todas) les ha sido de gran utilidad.
Lo que habría que replantearse es su rol en el sistema de enseñanza básica.
Sé que hay un estudiante pedagógico dando vueltas por estos pagos virtuales… su opinión sería de los más útil.
Mientras tanto, creo que la mejor forma de “estimular el lenguaje”, si es que tal cosa existe, debería realizarse por otros medios.
No se si la Literatura enseña algo, per se. No creo que ese sea su fin, si es que tiene fin absoluto alguno. Pero creo que se puede saber más del lenguaje en un entorno vivo como lo es una novela, que lo que se puede aprender en la sala mortuoria que representa el frío pizarrón de un colegio.
Conclusión, el análisis en la escuela secundaria solo le es útil (y no a gran escala) a aquellos que el día de mañana se aboquen a tareas tan aburridas como estudiar Letras, analizar diversas lenguas, y transmitir sus conocimientos de maneras sistematizadas a las generaciones venideras.
¿Es esta conclusión igual a la idea original que tuve años atrás? Completamente.

Post al pedo y mandón, dirigido a nadie… solo impulsado por la necesidad de escribir.

Mario Baracus


Les traigo la posta... El señor Mario Baracus... conocido en el país del norte como Bosco "Bad Attitude" Baracus, interpretado por el artista conocido como Mr. T., bautizado deshonrozamente como Lawrence Tero... ¿Se perdieron con los nombres? Joderse.
Este es mi pequeño recuerdo de aquellos años dorados que fueron los '80. Alf, A-Team, Los Pitufos y la lista es interminablemente extensa. Así que para no dilatar el asunto, los dejo en manos de sus propios recuerdos, de aquellas series y canciones que gracias al tercermundismo pudimos disfrutar en los '90 cuando ya éramos un tanto más grandecitos.

...I pity the fool... who laughs at my sombrero.

23 agosto 2005

En mi salsa (texto)

La mejor de las inspiraciones.
La más seductora de las musas.
La inspiración en su estado más puro.

No se trata de ninguna mujer, ningún desengaño, ninguna experiencia límite. Les explico más pausadamente qué es lo que me ha devuelto a la escritura:
Hoy ha llovido. Mucho.
Y hubo viento. Mucho.
Y se dieron vuelta paraguas. Muchos
He reído hasta sentir que los pulmones se me salían por la boca, hasta sentir un dolor en el pecho, hasta dejar correr las lágrimas por mis ojos.
El mundo aún tiene pequeñas cosas que me hacen reír… detalles que solo valen para mí.
Por ellos vale la pena seguir viviendo, que en mi caso, es lo mismo que decir “seguir escribiendo”.
Yo solo vivo en sus ojos, en estas líneas que aparecen esporádicamente al tipear una dirección en su navegador de turno. Y como el fénix (pedorro), como nunca, como siempre, he renacido desde uno de mis estados más bajos para volver al llamado de las Letras.
Me gustaría intentar plasmar la alegría que tuve hoy, pero dudo de mis capacidades narrativas.
Mejor les dejo un regalito visual en la sección fotos…
Si disfrutan la mitad de lo que lo disfruto yo, habrán pasado un momento sumamente grato.

En mi salsa (fotos)

Un breve compendio de fotos de paraguas dados vuelta que encontré por la red… me hubiera gustado tener una cámara digital para mostrarles la enormidad de paraguas dados vuelta que contemplé esta tarde, pero el tercer mundo ha dictado que tenga que parar de comer y salir por tres meses antes de poder comprarme una camarita como la gente.
Lamento no poder mostrarles hileras de peatones con cara de frustración con un paraguas dado vuelta entre sus dedos, esquinas llenas de caras de desesperación, rincones llenos de paraguas abandonados… qué se les va a hacer… confórmense con poco, como yo.

Pd: las fotos están en blanco y negro para resaltar el bajón que significa que se te dé vuelta un paraguas.






Y para aquellos que creen que el Destino obra de maneras injustas y con favoritismos hacia los untouchables de siempre, les tengo una sorpresita de parte del señor Bush:

20 agosto 2005

The Wall


Para esos salames que piensan que el rock no ha muerto, les traigo un recuerdo de una de sus facetas que que ha pasado a mejor vida. La rebeldía.
Ni Bono, ni Sting, ni ninguno de los neo freedom-fighters generan una bosta para una posible revolución, o por lo menos, para un cambio. No es que ese sea el rol de una estrella de rock, nada más lejos. Solo que me patea la entrepierna toda figurita que pretende postularse a "el mejor yerno", o el tipo más simpaticón del mundo.
Obras como The Wall ya no se hacen... y es una verdadera lástima.

18 agosto 2005

Radiohead


Es una gran banda, si no la mejor de estos tiempos.
Tuvo gran influencia en ciertos momentos de mi vida.
Tiene un arte de puta madre.

No hay razones para excluirlos de mi blog, así que bienvenidos sean, amados depresivos...

Ojalá saquen otro disco antes de que me salga joroba y se me caiga el pelo.

17 agosto 2005

Redefiniéndonos

Uno hace lo posible para cumplir con uno mismo.
Intenta erigir una escala de valores, pretende regir su vida en base a esta, imagina que todos los acontecimientos que experimente podrán ser medidos con esta escala…
Uno tiene su ideología más o menos organizada.
Hasta ahí todo bien.
¿Pero que pasa cuando la experiencia opera de maneras que nuestra escala de valores no puede medir?
Yo tengo una ideología de perdedor. Lo acepto, y hasta puedo (o podía) decir que siento orgullo de mi estructuración de ideas sobre el fracaso, sobre la seguridad que proporciona, sobre la tranquilidad de las barreras.
Pero en estos últimos días la empiria desmoronó mi escala (culpa a estas experiencias de la falta de escritos). Me ofreció razones para creerme un triunfador, uno de esos que antes veía con odio. De esos para quienes toda cuenta es positiva.
Como se imaginan, se fue todo mi mundo al mismísimo carajo.
¿Cómo es esto de salir bien parado de toda situación? No, así no tiene onda vivir.
No tiene MI onda.
Así que opté por no hacer todas las cuentas positivas. Opté por hacer las cuentas y ver cuales son sus resultados reales. Nada de redondear para arriba. Es más, si se puede, redondeo para abajo, que lo que no nos mata, nos hace más fuertes.
Pero me sorprendió mucho como comprobé que la visión que tenemos del mundo, o mejor dicho, la metodología que tenemos para ver el mundo puede cambiar tan de golpe.
Hasta aquí la parte anecdótica personal del post.

Hablemos de las experiencias que nos cambian.
Es decir… aceptemos que nosotros no accedemos inmediatamente al mundo, sino que tenemos el filtrado de nuestras maneras de procesar la experiencia, el filtrado de las valorizaciones de los acontecimientos, y sin dejar de lado el filtro del lenguaje.
Ahora, llega un acontecimiento que no se adapta a estas normas que fijamos, y el sistema entero se debilita.
Un acontecimiento que se presenta como quiebre de la manera habitual de percepción solo puede procesarse de dos maneras: o bien rotulándolo con descripciones ajenas al acontecimiento, pero propias del sistema de percepción viejo (como por ejemplo, cuando a alguien se lo llama loco); o bien se puede demoler el sistema de pensamiento y reiniciar la marcha de definir nuestro entorno.
Estos elementos que redefinen nuestra visiones del mundo reaparecen constantemente. Uno podría pensar en la muerte, acontecimiento que redefine bruscamente la idea que tenemos de la vida. O también el amor.
Pero hilando más fino, creo que toda experiencia nos redefine. El sistema que teníamos preparado para procesar experiencias estaba fundado en experiencias distintas a las que se nos presentan. La simple diferencia temporal hace a estas experiencias diferentes. Si leemos “Pierre Menard, autor del Quijote” hoy, y si lo leemos mañana, se tratará de dos lecturas diferentes, de dos cuentos diferentes (el ejemplo no es injustificado).
Después de todo somos una suma de experiencias apiladas, un rejunte de estímulos, una causalidad que se remonta al infinito, esperando para la futilidad de un efecto que será inmediatamente cooptado por sus causas progenitoras.
Así nos redefinimos, a pesar de no darnos cuenta.
De vez en cuando hay sacudones que nos hacen dar cuenta de estas metamorfosis. Sacudones como el que experimenté.
Y espero seguir experimentando.

12 agosto 2005

Ramiro Sacco

Internos del Borda

Para ver más trabajos de este caballero, visiten www.ramirosacco.com.ar

10 agosto 2005

Un poema

Hace poco me vi solo en alguna parada de colectivo porteña... un tanto desconcertado, a decir verdad.
Ayer en mi primera clase en la facultad dejé caer estas líneas que debería haber revisado antes de publicarlas, reflejando los sentimientos de aquella noche gélida.
Pero los "debería" son bueno compañeros los "no lo hice", así que les dejo el poema en bruto, de un bruto.
Consejo, si no quieren toparse con un mal poema, imagínense que lo que sigue es una anécdota en la que indiscriminadamente solté la tecla "enter", dándole a sus oraciones la fachada de versos.

La niña viento

Chocando en mi pecho
en la soledad de la noche
acariciando el vacío que alguien dejó
la niña viento me abraza.
Besa los labios dormidos,
roza las mejillas heladas,
y murmura en mis oídos
el nombre de quien acaba de dejarme.
Y por más que sus brazos sensuales lo intenten
no logrará sacar su cuerpo de mi mente.
El cuerpo de esa ausencia
que la niña viento intenta llenar.

09 agosto 2005

Encriptado

j3 dqt9 3h 3o 0758w8j9 e3w58h9l ç094173 dqeq f3a 173 d439 173 j8 f8eq fq q e3uq4 e3 w34 7h 8hr834h9 w9o85q489k oq w73453 j3 qgqhe9hq 6 oq 43qo8eqe w3 3hdq4tq e3 qg9r353q4j3 oq dq4q´
9uqoq 3w53 594j3h59 534j8h3 qot7h e8ql
q67eql

(pido a quien lo descifre -seguramente algún buen lector de Poe-, el mayor de los silencios)

El señor Page



Le dedico esta fotaza a Otto, ya que por culpa del señor Burns no pudo obtener "esas guitarras que son dobles guitarras".
Elitismo simpsoniano.

...Communication breakdown... It's always the same ! ! !

Tenga un blog y gane fabulosos premios

Me he sorprendido a mí mismo.
De hecho, todo este post es un monumento a mi ego y a la corporativa responsable de los blogs que permiten expresarme. Así que a quien no le guste los ególatras o los corporativistas, le doy la venia para emprender la retirada. Les cuento más detalladamente:
Hace unos meses, en una tarde más vacía que las normales, pensé en abrir un fotolog, con el fin de subir fotos bizarras encontradas por la red. Las 500 invitaciones habían sido agotadas, como de costumbre, así que me puse a indagar un poco más, en busca de un espacio que me permitiera dar rienda suelta a mi boludez crónica.
Di mágicamente con blogger.com, y su promesa del oro y el moro con tan solo tres pasos.
Dicho y hecho... así nació “airbag de moto”.
Más o menos a fines del primer mes publiqué un post que hablaba del desafío que implicaba tener un espacio de opinión actualizado constantemente.
El cambio que experimenté desde ese momento al presente me ha dejado plenamente conforme. No significa que haya mejorado en aspecto alguno, sino que he satisfecho mis simples expectativas.
He aumentado la constancia y longitud de los posts.
También creo que he aumentado la complejidad de los mismos, tratando de no caer en un elitismo aislante.
Claro que haber alcanzado estas metas no hace más que erigir nuevos objetivos. Pero el miedo a fracasar me obliga a no confesarles mis planes.

Conclusión: la mejor solución para la incapacidad de producción literaria es la escritura de la primera imbecilidad que venga a la cabeza.
Y los blogs son el salvavidas que encuentro óptimo para estas dolencias creadoras.
Lo único que hace falta, es voluntad para explotar este medio.

07 agosto 2005

No hay nada que decir

“No hay nada que decir o sea que no hay nada que comunicar; no existe una idea que necesite ser objetivada; el proceso mismo de la creación [literaria] no tiene fines comunicativos.”
Iuri Tinianov

Me es complicado desarrollar la idea de que no hay nada que decir (idea que ya ha sido nombrada anteriormente en este blog). Es un tema que mi ideología encara de distintos ángulos y responde de maneras diversas. Es por esto que incluí una frase ajena, para poder entregarles algo más sólido que mi derroido y turbulento discurso.
Trataré de explicar mi punto de vista de la manera más sencilla posible.
Tendrán que aceptar un par de supuestos con los que yo opero constantemente y que si los explicara profundamente llenaría hojas y hojas de aburrimiento. Es por esto que me limito a enunciarlos, y dejo que ustedes los descifren:
1) Toda experiencia es subjetiva.
2) Todo lenguaje implica una manera de ver el mundo.
3) Todo lenguaje deriva en pequeña o gran magnitud de las experiencias.
El resto del articulo es lógica que bien ustedes podrían deducir en base a esas premisas.
Si el lenguaje se desarrolla en nosotros a partir de experiencias subjetivas, el mundo que creemos mediante el lenguaje será único para nosotros.
Por ejemplo, si un niño solo ha visto perros de determinada raza, y sus padres le enseñan que eso es un perro, y acotan su explicación sobre el grupo canino a ese rótulo, el niño en cuestión podría ver otra raza de perros y pensar que se trata de un animal completamente diferente.
Este ejemplo es muy rústico y explica el punto del lenguaje como “definidor” de mundos de una manera un tanto insuficiente.
Pero tratemos de aferrarnos a esta idea del subjetivismo ligada al lenguaje. Aceptado esto, toda comunicación se vuelve algo ficticio, ilusorio.
Yo enuncio determinadas cosas que llegarán al oído del receptor, y en él, los conceptos no serán los mismos que los míos.
Yo le podría hablar de las manzanas, imaginándome por manzanas un objeto X del universo y él podría asociarlo con el elemento Y.

Según un teórico llamado Bajtín, toda conversación incluye el desciframiento de lo que el otro dice. Todo enunciado que llega a nosotros es comparado con los enunciados que hemos recibido anteriormente, y es entendido en base al lenguaje conformado por los enunciados pretéritos.
Según Saussure, cada elemento del lenguaje es definido por oposición al resto. Es decir, identificamos a una sandía como tal porque no es un perro, una casa, una sonrisa, etc. Como no podemos identificar el objeto con nada que no sea el concepto que tenemos de “sandía”, rotulamos al objeto visto como “sandía”.
Si seguimos las ideas de ambos teóricos, podríamos decir que todos los hablantes conforman su lenguaje en base a distintos e únicos enunciados oídos anteriormente, y que el sistema de oposiciones saussureano también varía de persona a persona, por más que el mismo Saussure piense lo contrario.

Como bien dice Tinianov en la cita que copié, no hay una idea que necesite ser objetivada. No hay algo que deba ser dicho, ni algo específico que sea dicho. La conversación es entendida de diversas maneras por los diversos hablantes. No hay una conversación. No hay una idea.
Recordando una conversación cercana que tuve con unos amigos sobre Lovecraft, los monstruos que en sus relatos aparecen, al igual que las conversaciones que se nos presentan, deben adaptarse a nuestro vocabulario pretérito para ser entendidas. Podrán luego modificarlo, complejizarlo, pero no dejará de ser nuestro lenguaje.
Esto es lo desconcertante del lenguaje.
Y lo aterrador de Lovecraft.

03 agosto 2005

Esquizofrenia virtual

Lo que voy a escribir a continuación no es original en ninguna medida. Dudo que los temas antes tratados hayan sido originales, o que lo puedan ser los futuros... pero nunca viene mal aclarar, para evitar desilusiones.
Este tema en particular llamó la atención de todo periodista de medio pelo en la época en que nos invadieron los canales de chat y demás adefesios.
Hablo específicamente de la virtualidad de la identidad.
Pero más que la virtualidad de la identidad, el esfuerzo que implica participar de este tipo de comunicación.
Cuando uno habla con otra persona mediante estos programas, ambos interlocutores saben que hay una barrera imaginaria que debe ser cruzada. El sujeto A tiene que imaginar que detrás de “huracán de pasión latina” se esconde el sujeto B. Del mismo modo, el sujeto B tiene que imaginar que detrás de “aguante la zoofilia y Guillermo Andino” está el sujeto A.
Las cosas se complican y facilitan en dos direcciones opuestas.
Empecemos por la parte fácil. Si los dos sujetos no se conocen previamente a la conversación por chat, no hay necesidad de figurarse un sujeto que se tiene que adaptar a las palabras que produce el ente virtual.
Pero la cosa se complica cuando hablamos de un diálogo con alguien que ya conocíamos antes del chat. Y se complica mucho, porque aquí hay un esfuerzo sobrehumano por unir identidades.
Supongamos que conocemos a Andrés (no pienso ejemplificar con mi propio y gastado nombre). La imagen que tenemos de Andrés está integrada por su discurso, por las memorias que tenemos de él, por la manera en que interactuamos, por las relaciones que nos unen, etc. Ahora, cuando entramos en el mundo cibernético, debemos condensar esos conocimientos y ligarlos a un nuevo sujeto que bien se podría llamar “El matador de Parque Patricios”. Este nuevo sujeto sería una de esas entidades re locas que filósofos postestructuralistas aseverarían que no son iguales a sí mismos. Para mí es “El matador de Parque Patricios”.
Ya fue medio enquilombado llegar hasta este punto. Pero se pone peor.
Supongamos que el muchacho Andrés se siente más liberado en la comodidad de su casa, en donde está libre de otras presiones que modificarían su manera de actuar en el entorno en que lo vemos comúnmente. Por ahí este Andrés tiene más tiempo para pensar sus respuestas, y logra metamorfosearse en un romanticón de alma. O quizás no notamos cosas que en su presencia material nos llaman la atención (rasgos físicos, ticks, etc.).
Todos estos factores hacen que delante nuestro se encuentre alguien completamente diferente a Andrés.
Y aun así, empecinadamente creemos que es él quien nos habla.
Ponemos las manos en el fuego por la veracidad del universo de la comunicación. Y nos quemamos, solo que en una llama que no produce calor ni luz.
La lógica tradicional ha quedado desplazada... somos niños crédulos, prestos a ser engañados.
Por otro lado, cabe la posibilidad de que estemos siendo engañados en este momento. Pero nos es imposible dejar de creer.
Dios ha muerto y a reencarnado en los medios de información y comunicación.
Lo tenés ahí, en el celular... en el messenger... en la tele...
Falta muy poco para que empecemos a erguirle altares de sacrificio (o quizás ya las hemos construido hace lustros).

01 agosto 2005

Un grito de desesperación

Lo odio. Odio profundamente a eso. Eso que está en lo más profundo de mí. Eso que me acompaña en cada paso, en cada parpadeo, en cada suspiro. Eso que forma parte de mí tan profundamente que temo no poder arrancarlo sin eliminarme a mí en el proceso.
Me ha acompañado desde siempre, desde niño. Quizás adoptaba formas diversas, se camuflaba en sentimientos, afloraba en zonas supuestamente inmaculadas de su presencia.
He soñando, en contra de mis bases teóricas de pensamiento, cómo sería mi vida sin eso. Pero es inútil. Eso me define, eso me limita, eso me recorta del mundo.
¿Cómo sería el fuego sin su calor o su luz? Igual de difícil sería imaginarme a mí sin eso.
Siempre latente, siempre al acecho, siempre expectante.
Y estoy cansado de su presencia. Y quisiera librarme de eso. Y sacudírmelo de encima. Y convertirme en alguien mejor.

Este texto no intenta ser un pedido de auxilio. No intenta resolver mi problema.
Es solo un murmullo apagado entre los gritos de la vorágine de blogs y fotologs que ustedes deben visitar todos los días. Entre los diarios, los diálogos de las películas subtituladas, los anuncios clasificados, los boletos de colectivo y demás barullos diarios, pega un manotazo de ahogado este rejunte de párrafos.
Sin ningún objetivo ni meta.
Como no tiene objetivo el divague que hacemos mientras viajamos en tren.
O mientras tarareamos una canción olvidada.
O mientras se nos cae una lágrima injustificada.