17 agosto 2005

Redefiniéndonos

Uno hace lo posible para cumplir con uno mismo.
Intenta erigir una escala de valores, pretende regir su vida en base a esta, imagina que todos los acontecimientos que experimente podrán ser medidos con esta escala…
Uno tiene su ideología más o menos organizada.
Hasta ahí todo bien.
¿Pero que pasa cuando la experiencia opera de maneras que nuestra escala de valores no puede medir?
Yo tengo una ideología de perdedor. Lo acepto, y hasta puedo (o podía) decir que siento orgullo de mi estructuración de ideas sobre el fracaso, sobre la seguridad que proporciona, sobre la tranquilidad de las barreras.
Pero en estos últimos días la empiria desmoronó mi escala (culpa a estas experiencias de la falta de escritos). Me ofreció razones para creerme un triunfador, uno de esos que antes veía con odio. De esos para quienes toda cuenta es positiva.
Como se imaginan, se fue todo mi mundo al mismísimo carajo.
¿Cómo es esto de salir bien parado de toda situación? No, así no tiene onda vivir.
No tiene MI onda.
Así que opté por no hacer todas las cuentas positivas. Opté por hacer las cuentas y ver cuales son sus resultados reales. Nada de redondear para arriba. Es más, si se puede, redondeo para abajo, que lo que no nos mata, nos hace más fuertes.
Pero me sorprendió mucho como comprobé que la visión que tenemos del mundo, o mejor dicho, la metodología que tenemos para ver el mundo puede cambiar tan de golpe.
Hasta aquí la parte anecdótica personal del post.

Hablemos de las experiencias que nos cambian.
Es decir… aceptemos que nosotros no accedemos inmediatamente al mundo, sino que tenemos el filtrado de nuestras maneras de procesar la experiencia, el filtrado de las valorizaciones de los acontecimientos, y sin dejar de lado el filtro del lenguaje.
Ahora, llega un acontecimiento que no se adapta a estas normas que fijamos, y el sistema entero se debilita.
Un acontecimiento que se presenta como quiebre de la manera habitual de percepción solo puede procesarse de dos maneras: o bien rotulándolo con descripciones ajenas al acontecimiento, pero propias del sistema de percepción viejo (como por ejemplo, cuando a alguien se lo llama loco); o bien se puede demoler el sistema de pensamiento y reiniciar la marcha de definir nuestro entorno.
Estos elementos que redefinen nuestra visiones del mundo reaparecen constantemente. Uno podría pensar en la muerte, acontecimiento que redefine bruscamente la idea que tenemos de la vida. O también el amor.
Pero hilando más fino, creo que toda experiencia nos redefine. El sistema que teníamos preparado para procesar experiencias estaba fundado en experiencias distintas a las que se nos presentan. La simple diferencia temporal hace a estas experiencias diferentes. Si leemos “Pierre Menard, autor del Quijote” hoy, y si lo leemos mañana, se tratará de dos lecturas diferentes, de dos cuentos diferentes (el ejemplo no es injustificado).
Después de todo somos una suma de experiencias apiladas, un rejunte de estímulos, una causalidad que se remonta al infinito, esperando para la futilidad de un efecto que será inmediatamente cooptado por sus causas progenitoras.
Así nos redefinimos, a pesar de no darnos cuenta.
De vez en cuando hay sacudones que nos hacen dar cuenta de estas metamorfosis. Sacudones como el que experimenté.
Y espero seguir experimentando.

6 comentarios:

Ferdinand Mortnais dijo...

Los que entramos a blogs nada más que para enterarnos de las vidas de perfectos desconocidos, queremos saber qué cazzo le pasó.

Huan dijo...

El tema del post me parece que iba por otro lado, amigo mío...

Para que se quede contento, le informo que fueron conflictos con el sexo opuesto.
Por suerte, como escribí ayer, volví a mi costumbre de fracasos, así que no me tache de fanfarrón.

¿Por qué es tan dificil?

Anónimo dijo...

lo que no nos desptruye nos hace mas fuertes! creo en eso!, me hace feliz eso!....ahora todo es indestructible!

henry dijo...

Todavía no me quedo claro si el paradigm shift te hizo bien o mal. Cálculo que las dos.

Mandales saludos a tu avatar.


¿Cuántos dados de paradoja tuviste que tirar?, haw haw haw (risa geek)

Huan dijo...

Y, cuando uno es geek...

... perdí 20 pts de cordura...

... pero tengo "buscar libros" en 67.

Anónimo dijo...

Hmmm... Escribí una respuesta y por algún error inusitado, ésta desapareció entre varios avisos de error... Así que me dedicaré a la molesta tarea de reescribir lo perdido.

No sé a qué se que debe exactamente su arrebato nihilista, pero me doy una idea. De todos modos, no se lo tome demasiado en serio. Sólo se aprende a los golpes, y los tipos ganadores que aparentan tener un dios aparte siempre me cayeron mal. Naturalmente, yo no soy uno de ellos, y tiendo a mirarlos con desconfianza. Sin embargo, déjeme decirle otra cosa, licenciado... En esta última semana yo también comencé a sentirme extrañamente "ganador" (aunque tal vez esa categoría sea demasiado holgada para mi modesta persona) debido a cierto acontecimiento inesperado que se prolongó durante toda la tarde del sábado con el refrescante pero inconsistente brillo de un espejismo... Realmente estoy algo confundido, y sospecho que mi propia inercia me traerá de vuelta a mis pisos inferiores. Por ahora, sin embargo, disfruto de esta alegría entre paréntesis.
Brindemos por esos altibajos, que la vida entre algodones será simple, pero termina por hartar a cualquier cristiano.
Saludos, y ánimo!!