07 agosto 2005

No hay nada que decir

“No hay nada que decir o sea que no hay nada que comunicar; no existe una idea que necesite ser objetivada; el proceso mismo de la creación [literaria] no tiene fines comunicativos.”
Iuri Tinianov

Me es complicado desarrollar la idea de que no hay nada que decir (idea que ya ha sido nombrada anteriormente en este blog). Es un tema que mi ideología encara de distintos ángulos y responde de maneras diversas. Es por esto que incluí una frase ajena, para poder entregarles algo más sólido que mi derroido y turbulento discurso.
Trataré de explicar mi punto de vista de la manera más sencilla posible.
Tendrán que aceptar un par de supuestos con los que yo opero constantemente y que si los explicara profundamente llenaría hojas y hojas de aburrimiento. Es por esto que me limito a enunciarlos, y dejo que ustedes los descifren:
1) Toda experiencia es subjetiva.
2) Todo lenguaje implica una manera de ver el mundo.
3) Todo lenguaje deriva en pequeña o gran magnitud de las experiencias.
El resto del articulo es lógica que bien ustedes podrían deducir en base a esas premisas.
Si el lenguaje se desarrolla en nosotros a partir de experiencias subjetivas, el mundo que creemos mediante el lenguaje será único para nosotros.
Por ejemplo, si un niño solo ha visto perros de determinada raza, y sus padres le enseñan que eso es un perro, y acotan su explicación sobre el grupo canino a ese rótulo, el niño en cuestión podría ver otra raza de perros y pensar que se trata de un animal completamente diferente.
Este ejemplo es muy rústico y explica el punto del lenguaje como “definidor” de mundos de una manera un tanto insuficiente.
Pero tratemos de aferrarnos a esta idea del subjetivismo ligada al lenguaje. Aceptado esto, toda comunicación se vuelve algo ficticio, ilusorio.
Yo enuncio determinadas cosas que llegarán al oído del receptor, y en él, los conceptos no serán los mismos que los míos.
Yo le podría hablar de las manzanas, imaginándome por manzanas un objeto X del universo y él podría asociarlo con el elemento Y.

Según un teórico llamado Bajtín, toda conversación incluye el desciframiento de lo que el otro dice. Todo enunciado que llega a nosotros es comparado con los enunciados que hemos recibido anteriormente, y es entendido en base al lenguaje conformado por los enunciados pretéritos.
Según Saussure, cada elemento del lenguaje es definido por oposición al resto. Es decir, identificamos a una sandía como tal porque no es un perro, una casa, una sonrisa, etc. Como no podemos identificar el objeto con nada que no sea el concepto que tenemos de “sandía”, rotulamos al objeto visto como “sandía”.
Si seguimos las ideas de ambos teóricos, podríamos decir que todos los hablantes conforman su lenguaje en base a distintos e únicos enunciados oídos anteriormente, y que el sistema de oposiciones saussureano también varía de persona a persona, por más que el mismo Saussure piense lo contrario.

Como bien dice Tinianov en la cita que copié, no hay una idea que necesite ser objetivada. No hay algo que deba ser dicho, ni algo específico que sea dicho. La conversación es entendida de diversas maneras por los diversos hablantes. No hay una conversación. No hay una idea.
Recordando una conversación cercana que tuve con unos amigos sobre Lovecraft, los monstruos que en sus relatos aparecen, al igual que las conversaciones que se nos presentan, deben adaptarse a nuestro vocabulario pretérito para ser entendidas. Podrán luego modificarlo, complejizarlo, pero no dejará de ser nuestro lenguaje.
Esto es lo desconcertante del lenguaje.
Y lo aterrador de Lovecraft.

3 comentarios:

Huan dijo...

Pido disculpas a los visitantes y propietarios de otros blogs, por no haber respondido a su participación con firmas en sus respectivos blogs.

La cuestión es que ando sin computadora, así que mis escritos deben nacer en algún papel perdido y materializarse en el ámbito informático en algún cyber perdido en las sombras de Morón.

Resumen: no jodan con que no contesto, porque no pienso pagar 0,50 centavos más por quedar bien con ustedes, manga de babosos.

Mery dijo...

Pese a tu notada ausencia, tus escritos son cada vez más buenos...
Y esta vez me dejaste perpleja, es casi exacto al discurso que uno de mis profesores expuso en mi clase.

Espero volver a verte pronto en mi pantalla...

Arwen

Ferdinand Mortnais dijo...

Yo no sé si no hay nada que decir, lo que si sé es que toda comunicación es un intento fútil. Esa será la tesis de uno de los libros que escribiré cuando sea tan pijudo como para hacerlo. Por ahora tengo el título y algunas ideas más subjetivas que racionales. Con lo que coincido plenamente es con la idea de que una obra de arte no es un mensaje, y por lo tanto no hay comunicación (necesaria) a través del arte.

Como agregado digo: no hace falta que firmes los blogs automáticamente, la idea es comentar cuando uno tiene algo para decir. Siguiendo tu tesis: nunca.