01 agosto 2005

Un grito de desesperación

Lo odio. Odio profundamente a eso. Eso que está en lo más profundo de mí. Eso que me acompaña en cada paso, en cada parpadeo, en cada suspiro. Eso que forma parte de mí tan profundamente que temo no poder arrancarlo sin eliminarme a mí en el proceso.
Me ha acompañado desde siempre, desde niño. Quizás adoptaba formas diversas, se camuflaba en sentimientos, afloraba en zonas supuestamente inmaculadas de su presencia.
He soñando, en contra de mis bases teóricas de pensamiento, cómo sería mi vida sin eso. Pero es inútil. Eso me define, eso me limita, eso me recorta del mundo.
¿Cómo sería el fuego sin su calor o su luz? Igual de difícil sería imaginarme a mí sin eso.
Siempre latente, siempre al acecho, siempre expectante.
Y estoy cansado de su presencia. Y quisiera librarme de eso. Y sacudírmelo de encima. Y convertirme en alguien mejor.

Este texto no intenta ser un pedido de auxilio. No intenta resolver mi problema.
Es solo un murmullo apagado entre los gritos de la vorágine de blogs y fotologs que ustedes deben visitar todos los días. Entre los diarios, los diálogos de las películas subtituladas, los anuncios clasificados, los boletos de colectivo y demás barullos diarios, pega un manotazo de ahogado este rejunte de párrafos.
Sin ningún objetivo ni meta.
Como no tiene objetivo el divague que hacemos mientras viajamos en tren.
O mientras tarareamos una canción olvidada.
O mientras se nos cae una lágrima injustificada.

8 comentarios:

Mery dijo...

A veces resulta una bendición, y aveces te gustaría que no estuviera ahí contigo...

Ferdinand Mortnais dijo...

qué será "eso"?

Anónimo dijo...

"eso"?....eso es como lo que te contaba ayer ....

Abaddon dijo...

Esas lágrimas injustificadas, y las canciones olvidadas por la mayoría son mi martirio constante. Si algún día todos los "asqueados" de este puto mundo nos juntáramos podríamos terminar con todo esto. No somos pocos.

Huan dijo...

Eso es lo que a todos nos incomoda. Es la espina que todos tenemos en nuestras garras.

Eso somos nosotros, en última instancia.

Eso... es lo que tiene el petizo.

Ferdinand Mortnais dijo...

si "eso" es lo que tiene el petiso, y vos estás tan inconforme y hasta querés sacártelo y arrancártelo, estás muy pero muy mal de la cabeza.

Huan dijo...

Claro... vos estarías re contento de tener una caracterísitica como la del petiso... una característica que debilita el estado mental de las mujeres a tu alrededor... que las vuelve esquizofrénicas, ciclotímicas, maníacas-depresivas...

A mí me gustan las mujeres con pequeñas manías...
"Anagramen" esa oración y descubranme un poco más.

Anónimo dijo...

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