De esta manera, lleno el vacío de este blog con una correspondencia que escribí hoy. Se van a encontrar con refenrecias externas al texto, pero creo que se puede seguir bastante bien la idea sin la necesidad de explicar tediosamente quién es Funes, qué cuadro nos mostró, o de qué conversación se deriva esta carta.
Los entrego ahora a mí mismo:
---
Particularmente me refiero a una cita que decía algo así como “tengo amigos negros pero tienen el alma blanca”. En base a este comentario recordé la letra de una canción tradicional de Jazz llamada “Black and Blue”, donde el narrador explica sus pesares por ser aislado del grupo debido a su color de piel. Lo particular de esta canción, es que el narrador, si bien se queja de una discriminación hacia su persona, la encara, no desvalorizándola o mostrando su poco peso argumentativo, sino con el deseo de pertenecer al lado favorecido por el régimen discriminatorio. Para trabajar sobre un terreno más sólido, pego la canción:
(What Did I Do To Be So) Black and Blue
Words by Andy Razaf and Music by Thomas "Fats" Waller and Harry Brooks
Copyright ©1929 Santly Brothers, Inc. and renewed by Chappell & Co., Inc.
Verse: Out in the street, shufflin' feet,
Couples passin' two by two,
While here am I, left high and dry,
Black, and 'cause I'm black I'm blue.
Browns and yellers, all have fellers,
Gentlemen prefer them light,
Wish I could fade, can't make the grade,
Nothing but dark days in sight:
Pains in my head, Feel like old Ned.
What did I do, to be so Black And Blue?
No joys for me, No company,
Even the mouse ran from my house,
All my life through, I've been so Black And Blue.
'Cause I can't hide, what is on my face, oh!
I'm so forlorn, Life's just a thorn,
My heart is torn, Why was I born?
What did I do, to be so Black And Blue?
They laugh at you, And scorn you too,
What did I do, to be so Black And Blue?
When you are near, they laugh and sneer,
Set you aside and you're denied,
What did I do, to be so Black And Blue?
My mark of Ham seems to be a curse!
How will it end? Ain't got a friend,
My only sin Is my skin.
What did I do, to be so Black And Blue?
En base a esto hice referencia esta misma tarde a la última clase de Funes, donde nos hablaba sobre los recursos discursivos como condicionantes de las producciones orales y escritas de todo sector.
La letra de esta canción intenta oponerse a una actitud de discriminación, pero finalmente termina siendo tan partidaria de ella como el más recalcitrante redneck sureño.
¿Y a qué se debe esto? Precisamente a la falta de un discurso propio de los sectores marginados, y a la obligatoriedad del apego al discurso establecido por los sectores dominantes. Construir un discurso que rompa con eso es para mi la revolución en su estado más puro. Claro que esa ruptura nunca se de de pleno. Nunca se da puramente. Siempre se opera progresivamente, arrastrando vestigios de los anterior. Pero esto es formalismo ruso de medio pelo, así que pasemos a otra cosa.
El cambio discursivo que da nuevas herramientas a los sectores marginados por el color de piel en el caso puntual de Estados Unidos, podría presentarse con la aparición del rap, o de las tribus culturales que resalta sus orígenes en los ghettos.
Ya el discurso deja de ser “ser bueno es ser como el otro”, a “ser bueno es ser como yo”, y generalmente se acompaña a esto de “ser malo es ser como el otro”. Pero no por esto las bases entre dominados y dominantes se modifican. Nada más lejos.
Por lo que puedo ver desde el afuera, gracias a la música, los programas de TV que bajo, y demás cosas, el discurso traído por el rap es un discurso a la defensiva, que utiliza lo ofensivo como escudo. Y es que este resaltar las diferencias sociales que supone ser blanco o negro, o latino, o hindú, o lo que sea, no hace más que fortalecer al sector que en determinado momento maneja el poder.
Si yo como integrante de determinada minoría me delimito como tal, oponiéndome a un grupo de poder, y busco diferencias raciales, o de orígenes, sea zonales, o de sangre, o de lo que sea, yo mismo estoy afianzando una diferenciación que nunca va a poder ser borrada. Así, detrás del nacionalismo, o de la lucha por el respeto de determinada raza o religión, o minoría, hay un fortalecimiento del sistema discriminatorio.
Yo nunca, jamás en mi vida voy a respetar a alguien por ser negro. O por ser judío. O por ser extranjero. Jamás. Creo yo, que lo voy a respetar por el simple hecho de ser. O por lo menos es lo que me gustaría creer que creo.
Pero en esto se abre otra problemática. Y es la del respeto al fascista. Y esta es una gran duda que me pesa, creeme. Yo, en mis bases me opongo a la violencia. Pero esto no deja de ser un pensamiento que violenta contra aquellos que no se oponen a la violencia. Este naturaleza combativa de todo pensamiento político es lo que me lleva a ver una imposibilidad de paz entre la gente.
Para eliminar estas diferencias, se me ocurren varias posibilidades.
Una sería crear una sociedad de genios. Una sociedad donde todos sepamos todo, y no haya dudas, y por lo tanto no haya polémicas.
Otra posibilidad sería crear una sociedad de estúpidos. Donde nadie esté seguro absolutamente de nada. Ni siquiera de su imposibilidad de saber algo. Donde toda efusión verbal esté 100% libre de intento de ser considerada verdadera. Una sociedad absurda, en otras palabras.
Ninguna otra sociedad se me presenta como posible sin conflictos.
Una tercera opción se abre en la búsqueda de la desaparición de los conflictos, y es la destrucción espontánea y sincronizada de la humanidad.
Pero las tres opciones que presento son extremas y utópicas (en el sentido del ou topos griego, la ausencia de lugar, puesto que en ninguna de estas sociedades habría una entidad subjetiva como la conocemos, que pudiera apreciar un lugar. Seríamos dioses, u hojas al viento, o cenizas esparcidas.)
Lo que nos queda, viviendo alejados en lo que creo que es un punto equidistante entre las dos primeras opciones, y progresivamente cercano a la tercera, es el conformismo. No hablo de un puro conformismo. Seguramente nos vamos a quejar de las desigualdades, de las injusticias, de los crímenes, etc. Pero eventualmente nos vamos acostumbrando. Acá volvemos al viejo amigo, el formalismo.
Esta sociedad no logra soluciones, logra acuerdos. Y es que una sociedad democrática no puede hacer otra cosa. Está hecha para eso, y es una tarea que (en el supuesto y fantasioso funcionamiento correcto del sistema) se realiza perfectamente según sus normas. En un acuerdo, sin embargo, hay una degradación de los objetivos de las partes participantes. Uno nunca se sale completamente con la suya, pero se conforma sabiendo que el otro tampoco se realizó totalmente.
Es un sistema en donde el que no se conforma, desaparece. Porque no tiene cabida este sistema para el disconforme. Nada puede hacerse, en teoría, sin acuerdo, y ningún acuerdo se puede realizar, como ya dije, sin la conformación de las partes. Un sujeto, o un sector puede patalear, quejarse, llorar y todo lo que quiera. Pero a menos que se acuerde con el sistema, este mismo no puede procesar a dicho sujeto, o a dicho sector.
Los casos que aparentan ser extremos o diferentes, resultan no serlo a fin de cuentas. El suicida, acuerda con el sistema su cese de actividades. Lo acuerda en la manera en que se quita la vida, con los elementos, con el lugar escogido, con las consecuencias de sus actos.
Esta imposibilidad de salirse de los términos que aporta el sistema es la misma con la que se topa el narrador de la canción que pegué arriba. O con la que se encontró el autor del cuadro que nos mostró Funes.
Y esa imposibilidad probablemente nos acompañe hasta el último de nuestros días, cuando finalmente creo que va a pasar algo nuevo. (ya sea una existencia posterior, o una no existencia… aunque quizás la no-existencia ya esté manifiesta… vaya uno a saber… por ahí la existencia es una posibilidad, algo latente. Como este paréntesis final, que bien puede leerse o no. Yo recomendaría lo segundo.)
7 comentarios:
habria muchas cosas para decir, pero ahora me da fiaca.
¿qué clase de persona escribe una carta asi?
El buen ferdinand... no hay pausa escritural que pueda con él.
¿Qué sería de este blog sin usted?
En respuesta a su pregunta: una persona cobarde.
Primero que nada, una de esas quejas totalmente futiles y un tanto desdichadas, con el solo y exclusivo proósito de ventilar frustraciones que nada que ver tendrían con el caso a mano. Juan, tirate a un pozo ... reboto de la cama pensando "Nada mal estaría darme una virtual caminata por el log de Juan, quizá dejar algún escueto comentario" y feliz, esperando algún tentempié de 700 palabras, me trago ahora la culposidad autoimpuesta de responder tal verbosidad, con prosa igualmente pesada. Lo lindo es que ya vamos ocupando algunas líneas, y ya dejo de sentirme en irrupción para pasar a sentirme (ilusión mía, por supuesto), como en aquel desideratum de Foucault, cuando contaba lo encantado que estaría de poder ingresar sigilosamente en el discurso, desapercibido, para ser arrastrado por la inercia de sus palabras hacia alguna costa placentera donde pudiera arrivar sin sobresaltos.
Bueno, hora de ir a lo que nos ocupa (me ocupa.)
"La letra de esta canción intenta oponerse a una actitud de discriminación, pero finalmente termina siendo tan partidaria de ella como el más recalcitrante redneck sureño."
Temiendo que digamos lo mismo de diferente manera (y por lo tanto no digamos lo mismo ... ), me gustaría hacer un pequeño comentario. Iba a empezar la oración con un "si y no", lo cual es bastante pobre, pero me gustaría expresar mis razones. En realidad no hay una oposición a una actitud discriminatoria, hay una oposición al hecho de que lo discriminen, lo cual son dos cosas bien diferentes como vos mismo notás. En todo caso el texto nunca es reivindicativo, es una súplica por una dádiva y por la misma razón termina siendo de la manera en que vos lo has descripto (digamos lo mismo de diferente manera, y por lo tanto no digamos lo mismo ... cuántas veces nos pasa, no?).
Tuve que detenerme unos segundos cuando seguía leyendo, ya que por alguna casualidad (quiero pensar, ojalá esos pensamientos no deambulen en demasía por mi cabeza) vino a mi mente partes de la liturgia marxista, en especial aquellos versos destinados a lograr la conciencia de sí y de su papel histórico (lo que quizá sea un guiño inconciente para impulsar llamaradas de toda clase y llenar los comentario con ataques contra mi "profundo" anti-marxismo ... a no preocuparse, mi desdén -si es que existe- es meramente superficial-). A lo que iba era un tanto diferente. Y acá se complica un tanto la cosa. Si tomo lo que decís en tono de lograr una representación social que sea diferente de aquella reforzada por mecanismos de violencia simbólica dentro de lo que podría considerarse un grupo dominante (yo siempre imagino que debe haber un gran campeonato de dominó en el que se determina el discurso dominante), entonces -por lo menos según los abultados autores que aseguran que las representaciones sociales son particulares a los grupos que las comparten, crean y actualizan- estaría totalmente de acuerdo. Ahora, el problema viene aquí, si tomamos estos comentarios como imaginarios sociales. Y a esta altura entiendo que esto pueda sonar oscuro, por lo que trataré de ser lo más explicito posible. El hecho de que un discurso pueda hacerse carne de la manera en que las doctrinas lo logran, es un paso agigantado que no puede asegurarse para todos ellos. Se ha dicho que en el caso de las doctrinas se realiza una doble definición, la que define a los adoptantes de las mismas según los contenidos de la doctrina, y la que define a la doctrina según aquel grupo que la adopta.
Ahora, en el caso de contenidos discursivos que comienzan a formar parte del sentido común (es quizá a lo que me referí cuando dije "imaginarios sociales", la diferenciación con representaciones sociales es propia de la Psicología Social) que la cosa se vuelve complicada. En especial a la hora de construir el discurso propio. ¿Consideramos a aquellos contenidos en la manera estructural de Giddens? En ese caso, el autor propone que los contenidos estructurales sirven tanto para abrir campos de acción (y campos cognitivos) así como para constreñirlos (me imagino que alguién podrá ser mucho más fiel -si es eso posible- al autor que yo). Por lo tanto, si diferencias identitarias de grupos se han colado en los contenidos del lenguage y de las proscripciones cognitivas compartidas y experimentadas, puede cualquier nuevo discurso escapar de las herramientas de su producción? Aparentemente no...
Ahora, si habláramos de representaciones sociales ... las cuales aparentemente tienen un estilo fronterizo mucho más propio de personalidades prolijas y diligentes, quizá podríamos afirmar que algo que ingenuamente pudieramos llamar originalidad de este nuevo discurso revolucionario es posible. Tiendo (sólo tiendo) a deslizarme hacia la primera opción ... aunque, tampoco considero que un discurso tenga que romper con algo para ser revolucionario. Generalmente me ha dado que la impresión de frescura y una bravura juvenil son a veces suficientes (miento, necesarias .. .quizá no suficientes) para su efectividad revolucionaria. En general, el análisis pormenorizado de los textos viene mucho después de que hallan rodado cabezas. Aunque quizá me confundo, y aquí apelabas a una calidad revolucionaria más intrínseca.
En cuanto a la modificación de la relación de discriminación, totalmente de acuerdo. Las actitudes defensivas (como la de aquel feminismo de los 70 que simplemente daba vuelta los términos de la discriminación), o la discriminación positiva (el día de la mujer ... disculpen señoritas si ofendo, es que es el ejemplo que tengo más a mano), no hace para nada a la destrucción de una discriminación subyacente. De la misma manera, cualquier discurso que se considere reivindicativo, defensivo o en sí minoritario, reconoce (bastante explícitamente diría yo) la existencia de un discurso de músculo superior, bajo el que se encuentra (no que esto sea malo o algo por el estilo ... por si alguien está pensando en irse a esos pagos).
"Yo nunca, jamás en mi vida voy a respetar a alguien por ser negro. O por ser judío. O por ser extranjero. Jamás."
Me encanta. Con o sin la cuestión de principios, creo que la frase toca un nervio bastante vapuleado con respecto a las relaciones humanas. Aunque reconozcámoslo, nosotros no lo sufrimos tanto como en otros países. Quizá es una buena advertencia para la próxima persona que pretenda venir y alegar ante mí que por ataques y discriminaciones que su línea ha sufrido por generaciones ÉL es merecedor de algún trato preferencial. Primero que nada, su actitud es un tanto patológica en una era tan moderna regida por cuestiones universalistas. Segundo, quisiera que por favor no lo haga, ya que todavía no he podido comprar un rifle a repetición, y me siento como el niño dentro de una juguetería pero sin dinero.
...
O sea, para pegarle un tiro, se entendió, no?
...
Buenísmo. Me parece que es claro que a estas alturas mis comentarios van desvariando hacia una racionalidad un poco mellada y trastocada. Y es quizá porque mis palabras siempre se alargan y termino escribiendo más de lo que pensaba que haría. Especialmente cuando tengo exámenes que completar, y la posibilidad de volver a la marcha con comentarios que me imagino que nadie leerá. Así que por ahora los dejo, con un gusto (me imagino), un tanto amargo en el paladar.
Muchos saludos.
"Ahora, en el caso de contenidos discursivos que comienzan a formar parte del sentido común (es quizá a lo que me referí cuando dije "imaginarios sociales", la diferenciación con representaciones sociales es propia de la Psicología Social) que la cosa se vuelve complicada. En especial a la hora de construir el discurso propio. ¿Consideramos a aquellos contenidos en la manera estructural de Giddens?"
Los supuestos académicos de todosaber... cuando curse psicología social y sepa cuál es la manera estructural de Giddens, y sepa por empezar, quién culo es Giddens, te contesto. Por ahora, estamos hablando en idiomas distintos.
"En cuanto a la modificación de la relación de discriminación, totalmente de acuerdo. Las actitudes defensivas (como la de aquel feminismo de los 70 que simplemente daba vuelta los términos de la discriminación), o la discriminación positiva (el día de la mujer ... disculpen señoritas si ofendo, es que es el ejemplo que tengo más a mano), no hace para nada a la destrucción de una discriminación subyacente. De la misma manera, cualquier discurso que se considere reivindicativo, defensivo o en sí minoritario, reconoce (bastante explícitamente diría yo) la existencia de un discurso de músculo superior, bajo el que se encuentra (no que esto sea malo o algo por el estilo ... por si alguien está pensando en irse a esos pagos)."
Acá sí hablamos el mismo idioma.
"Y es quizá porque mis palabras siempre se alargan y termino escribiendo más de lo que pensaba que haría. Especialmente cuando tengo exámenes que completar, y la posibilidad de volver a la marcha con comentarios que me imagino que nadie leerá."
Ahí se equivoca. Nunca falta el boludo que lee los comentarios. Y además los agradece.
wright mills decia que la diferencia entre lo que dice un sociólogo y lo que dice un lego, es que, aún diciendo lo mismo, al sociólogo no se le entiende.
¿será que la sociología es sólo una jerga?
(ferdinand, con ganas de joder)
DICCIONARIO DEL DIABLO
Giddens: ladrón de medio pelo que con un poco de marxismo, otro poco de fenomenología, un toque de filosofia del lenguaje y una medida de whisky, hizo una teoria super-original que consiste en repetir lo que dijeron otros párrafo tras párrafo y creer que se inventó algo.
La idea mencionada en el comment es que una estructura -como el lenguaje- habilita la acción -permite hablar, expresarse- pero a la vez limita su campo - no hay expresión fuera del lenguaje -.
Chocolate para Giddens, entonces.
Muy ilustrativo, don Ferdinand.
Abbadon: La tercera opción que proponía no era el conformismo. El conformismo no es una opción, es una contante. Lo que no se conforma no existe en este sistema, eso intenté decir. Mi tercer opción era la destrucción completa de la humanidad. Rápida y al unísono. Sin dominantes ni dominados.
Peperino: leí "Max Von Bekenguaser" y "el indú Iguru Nagchampa" y no pude evitar imaginar esos nombres en la voz de Alfredo Casero. Es gracioso como lo que uno dice es una perfecta estupidez, salvo si uno tiene la gracia de tener un apellido impronunciable o un tinte de misticismo. O tetas grandes. Eso también ayuda.
Publicar un comentario